Oso gris

"Amaban la tierra
y respetaban a la naturaleza,
transcurrían a cielo abierto
sus vidas en armonía,
eran prudentes sus pasos
y sabias sus correrías."
"Les llamaban "pieles rojas"
habitantes de una zona
que sólo guarda recuerdos
y vestigios arqueológicos
de su virginal nobleza
y su indomable hidalguía."
En las extensas llanuras
donde pastan los bisontes
en gigantescas manadas,
como manchas ambulantes
moviéndose entre los montes.
Ahí, en donde inmensos bosques
cubren de verde la tierra,
en un país de barrancos
y montañas en la sierra.
OSO GRIS y los guerreros
viven en paz en su aldea.
Los tepees de piel y varas
arrojan columnas de humo
de sus respectivas hogueras.
Las mujeres se dedican
a las faenas caseras
y los chiquillos, en tanto,
se rien y se corretean.
Hoy, los bravos de la tribu
regresan de cacería,
después de varias semanas
de ausencia, de lejanía.
Traen a casa, satisfechos,
los suficientes pertrechos
para pasar el invierno:
tres bisontes, dos venados,
y algunos gordos mapaches
que en sus trampas encontraron.
El jefe PANTERA NEGRA
y los ancianos de la tribu
les dan cordial bienvenida;
la noche será de fiesta,
de abundancia y de alegría.
Se bailarán viejas danzas
y se fumarán las pipas
alrededor de la hoguera
mientras la noche, serena,
(estrellas y luna llena)
precede al siguiente día.
El GRAN ESPÍRITU es bueno:
le ha permitido a la tribu
conjurar el frío y el hambre
que, ominosos, se avecinan.
OSO GRIS trajo a su esposa
tres pieles de nutria fina
para que ella las cosa
y la protejan de la nieve
que pronto ya estará encima.
Pero todo esto sucede
cuando aún el hombre blanco
no ha llegado al continente
(la vida aún es tranquila).
Los hombres cazan y pescan
en una tierra bendita
de llanos interminables,
ríos de aguas cristalinas
donde abundan los salmones;
y densos bosques que cubren
las silenciosas colinas.
Las tribus viven y viajan
en esa tierra bravía
de extensos y verdes pastos,
en una íntima armonía
con los ciclos naturales,
que hace felices sus días.-
Eduardo Ritter Bonilla.