Me hago a la mar por amarte

Surcando mares voy con objetivos
hasta donde me depare el destino,
y vivir realmente mi propio sino
con eventualidades superlativos.
Miró el mar, sin darle adjetivo
está cerca y a la vez tan lejano,
océano; en ti veo amar eterno,
espejo mágico caudal decisivo.
Por mi insignificancia me río,
tus oleajes estallan de mi alma.
Susurras en amores, mar en calma.
Tu nombre es el mar, el mío es río
y estoy prefijado para llegar a ti,
donde tu amar eterno presentí.
Autor: Alcibíades Noceda Medina