El adiós de María

Eres murmurar en mi mente,
el ansia de acariciar tus mejillas,
morir en el profundo de tus ojos
y besarte lentamente.
¿Qué hacer si a cada palabra de mis labios devuelves un silencio?
un silencio tan vago.
Me siento despreciado,agotado,afligido,
mirada cabizbaja,mi aliento entrecortado.
Pienso ,otra contienda pérdida,una más,
mi herida junto a tu sal,jamás podrá cicatrizar.
Y en cada amargo soliloquio me pregunto;
¿por qué te olvidó,en que fallaste,por qué,
cómo estabas en mi vida
y de repente te marchaste?
Tanto tiempo hace de ello,
que soñarte es mi consuelo,
aunque a veces me desvelo ,
y en el vacío de la oscuridad,
abro los ojos y pienso
ojalá,alguna vez,en verdad,
los sueños de hicieran realidad.