El CAUCE DE LAS LAGRIMAS

Hoz que embriagas el pensamiento
en tu hacer de espectro
que visualizas el edén desde tu único ojo
y esclavizas al viento con versos
en las ruinas del solitario papel.
Y versus, ausente,harás de meteoritos
atraviesan la almohada y chocan
con el átomo del pensamiento
y un neptuniano viaja golpeando a las nubes
escoltando miles de lágrimas
que desde aquí, desde el avezo del infierno
parecen simples gotas
de un necesitado invierno.
Camino viejo, sendero en el afluente
que desemboca en la fuente
de una picaresca plaza hallada
en un pueblo con cuatro casas.
Atiendas con el suspiro del alma
festejando la lluvia de luces
que ciñen los portales de jolgorio,
unas plebeyas risas
cicatrizadas en el veneno del ente
que observa desde más arriba del cielo
que la vida es como la corriente
de un hacedor rió,
inunda la dispersada mente
con fragmentos de un rocoso cristal
tan duro y fuerte
como un diente de leche;
inunda el cauce seco
con fragmentos de agua
que vagan por los tejados
como agua corriente
dejando atrás, un mundo inmortal:
y un neptuniano viaja golpeando a las nubes
de un necesitado invierno.