El alma no entiende

¡Cómo olvidarte, amor, cómo.
Somos dos vidas atormentadas
viviendo idénticos sufrimientos!
Nos refugiamos en el silencio.
A través de tus pensamientos
veo el sufrir que llevas dentro,
no te llega el alivio esperado
para apaciguar tu desconsuelo.
Escucha estos tristes lamentos
que yo también estoy sintiendo.
La melancolía se apodera de mí;
sola no acabaré con esta pesadilla.
Si tú no aguantas esto tan tremendo,
¿cómo quieres que yo pueda vencerlo?
Si perdiera por un momento la razón
volvería a amarte, otra vez, de nuevo.
¡Ay amor, cómo te hago compreder
que no se puede huir de los designios
cuándo poseemos algo tan radiante!
Este cariño engrandece el corazón.
El alma no entiende de palabras
y mucho menos aún de conversar.
No se avendrá jamás a entrar en razones
porque sabe que está enamorada.
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