El amor es de los dos

Nuestro amor nunca creí solo mío.
Desde pequeños jugamos en la viña,
es la razón que siempre te veo niña,
incluso en inocente albedrío.
Mientras abrazados estabamos unidos,
cuantas veces oí pronunciar tu boca,
el príncipe encantado amor provoca,
en el infantil juegos sostenidos.
Acerco a mi pecho tu cuerpo ardiente,
de tus ojos felices, lagrima brota,
levemente tu mejilla me toca.
Murió amando el amor inocente.
Empezamos a vivir la realidad
en la viña, la real felicidad.