EL AMOR: UN SUEÑO

Un sueño, tan sólo fue un sueño y lo sabes
y ojalá que nunca de soñar acabes,
porque a fin de cuentas, eso es el amor.
Se monta en las alas de la fantasía
y se va y regresa y es cálida y fría
su magia sutil.
De pronto aparece de eterno vestido
y te hace que sueñes despierto o dormido,
lo mismo le da.
Te engaña, te estruja, te frustra, te acosa
y a veces, de plano te lleva a la fosa,
cuando vida y muerte son la misma cosa.
¿Quién lo entenderá?
En las alboradas de tus sinsabores,
acaso te ofrezca en un ramo de flores
alguna caricia para tu ansiedad.
Y será halagüeño. Volverate loco;
pero muy poquito, muy poquito a poco,
como sin querer,
y es cuando con fuerza sentirás su herida,
como aquel que siente que ya de su vida
no hay nada qué hacer...
E irás con tu sueño de amor en el hombro
bebiendo en su cáliz un néctar de asombro
frente a tu dolor.
Fingirá demencia para consolarte,
volverás a amarlo cuando quiera amarte,
loco de pasión.
Y creerás que pierdes si lo abandonaras,
como si al destino te le rebelaras
y hasta de rodillas le suplicarás.
Navegando inquieto pese a la borrasca,
harás todo aquello que al amor le plazca,
como quien presiente su aniquilación,
porque en esa guerra de tu inconformismo,
el ser y la nada te darán lo mismo
ya sin emoción.
¡El amor!: un sueño puesto en la balanza
de nuestros deseos y nuestra esperanza,
un interminable camino sin meta
donde el más dichoso suele ser poeta
y donde el poeta suele hallar su cruz...
¡El amor!: un sueño que se lleva al hombro
cada que te evoco, cada que te nombro,
rosa desprendida ya de su rosal,
que aunque fue arrancada luce todavía
como el moribundo luce en su agonía
su muerte fatal...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC