Nuestra propia trampa

En que dirección va girando el mundo
a que velocidad lo dejamos ir
que nos impide levantar el vuelo
y de las cenizas como el fénix resurgir.
Porqué permitir que el viento nos arrastre
cual hoja del árbol en otoño gris
lentamente nos dejamos caer
poco a poco nos hundimos en la bruma,
sin permitirnos nuevamente, ver el sol nacer...
Inmisericordemente, nos perdemos en la duda
odiamos nuestra existencia, simplemente porque si
reprochamos incansables lo que el mundo nos ofrece,
limitamos la existencia
nos impedimos vivir.
somos ladrones sin armas de nuestras propias virtudes
carceleros y tiranos, nos juzgamos a traición
sometemos a torturas
nuestras propias convicciones
avasallamos sin pena el alma y el corazón.
Libelula.-