Era una tarde cuando te vi. .
pasabas de rama en rama,
no podías sostenerte en vuelo,
tus alas rotas mostraban tu dolor.
Caías, cada brinco te tumbaba,
nadie de ti se apiadaba.
Pobre gorrión, herido estabas,
solo y sin rumbo andabas.
Te tome entre mis manos,
cure tus heridas,
te mostré que volar podrías.
Hoy que de nuevo estas completo,
abro mis manos, y te doy la libertad,
asombrada he quedado,
te niegas a irte de mi lado.
Agradecido estas con mí proceder,
fui la única que de ti se apiado,
y por eso. . cada mañana
con un bello canto me despierto yo.
Sabes que nunca por mi serás lastimado,
así que decidiste quedarte a mi lado!!