Llenos de emoción, tus labios, como girasoles, ardientes de pasión, chocaron con los mios temblorosos y tibios. Cómo explicar la sorpresa y el sabor de tu lengua, elixir de fuego devorando la mia, con esa vehemencia, casi divina. Aroma de lo prohibido, huracán de sentidos, que arrasa mi calma. Regalo inesperado del destino, el néctar de tu boca, delicioso manjar de los dioses me ofrenda. Un beso ardiente y callado, robó de mi alma, un sueño inolvidable. Cargado de ambrosía, fantasía que hoy habita mi realidad.
Elixir de fuego con esa vehemencia casi divina. Muy bien. Hermosa poesía Andrea