El bohemio.

El bohemio ya pasó a una mejor vida
tuvo la ocasión de mostrarse tal cual era,
sentado en su mesa de café hasta podría
escribir del amor que lo abandonó en primavera.
El bohemio se durmió paciente y aturdido
por la pena innata de una mujer cualquiera,
que en su vaso derramó las gotas del olvido
y no superó la sensación de lo que era.
El bohemio se ha marchado a una mejor vida
donde el ángel de su noche un tango le dedica,
en los ayeres su nostalgia y en el hoy todavía
la marca de un perdón que huye y predica.