Cargado de reliquias un borrico
creyose neciamente el muy jumento
-ajeno a la bondad del cargamento-
que todos lo adoraban. Un perico
que violo caminar grave y orondo,
asumiendo los cantos y el incienso,
con voz firme le dijo: -"te haces menso,
como si no supieras en el fondo
que no son para ti las reverencias
sino para la carga de tu lomo..."
Así sucede a muchos. Cuántos hombres
no se respetan, no, ni por asomo,
a veces ni siquiera por sus nombres,
tan sólo por sus vanas apariencias.
Heriberto Bravo Bravo. SS.CC