El calvario de su ausencia

Y otra vez vuelves a caer en su red,

sus mentiras te envuelven con sus tentáculos,

cual telaraña va tejiendo con sus hilos

un oscuro abismo que agobia tu ser.

Con sus falsos cantos de sirena

logra arrastrarte a su turbulento mundo,

vacío mundo de rencor, de hipocresía.

No puedes sustraerte a sus mentiras

aunque lo intentes con porfía.

Nunca muestra una actitud clara, sincera,

en su alma ya se agotó la primavera.

En herir con sus palabras no tiene reparo

y como barco que vaga errante sucumbes

a su ambición y su falsía.

Cuánto desamor, cuànta palabra desafiante,

con cuánto desprecio demuestra la poca valía

de su insondable interior.

Así, la oscuridad de su corazón causa tu agonía,

De proceder siempre inquietante,

encerrado en su perturbador mundo,

sus verdades no tienen sustento

y agazapado, con escurridiza mirada

aguarda el preciso momento de dar rienda suelta

al rencor, que es su natural elemento.

Su intolerante actitud mastica la soledad

de su humana incertidumbre.

Oscura vida, oscuro ser,

camina por la cuerda floja de los días

sin saber de olvido ni de ilusión.

Nunca muestra su verdadera esencia.

Cual oscuro torbellino atrae hacia su vórtice

y causa desazòn con su presencia.

Impiedad e hipocresía alimentan su turbia existencia.

Prefieres, sin embargo, este calvario, a su ausencia.

Nadia Estelaniz