- Al oeste el sol se esconde,
nuevamente, el ocaso envuelve en penumbras.
Su canto se hace sentir a lo lejos.
Su sombra es un sin fin de maldiciones.
La tenue luz se refleja en sus ojos
a espaldas de la luna en cuarto creciente.
Inmóvil noctámbulo,
monstruo con forma terrenal… de lo oculto.
Desde aquí nada más te observo,
posado en las alturas con tu seriedad inexpresiva.
Encarnación inmortal de la oscuridad,
una vez más, has encontrado el camino hacia mi.
Me detengo ante tu imagen, lentamente.
y tu mirada invade mi esencia
Observando la luna,
en su cuarto creciente.