Como el agil descorrerse de los velos,
que la bruma densamente oscurecia.
Una mano invisible mostro cielos,
donde oculta la verdad se presentia.
Y corrieron los rios de los ojos,
cataratas abiertas estruendosas.
Y regaron los campos fecundados,
germinando semillas generosas.
Hoy recorren los predios mis pupilas,
contemplando la humilde labranza,
una a una sembre las semillas,
hoy me es dado gozar de bonanza.
Ah! que todos Senor lo comprendan,
y que sufran serenos, sabiendo
mitigadas sus llagas, en prenda,
despues del dolor, llega el premio!