Llevo una hora mirando al techo en la oscuridad
sin poder pegar ojo,
no hay ni un pequeño atisbo de sueño,
debe ser algún tipo de transtorno,
eso diría algun psicólogo,
yo creo que es insatisfacción en estado puro.
Cuento lobos,
las ovejas están muertas,
preferiría estar mirando al cielo,
aire libre,
y no ese límite de hormigón que tengo encima,
y no respirar este oxígeno rancio.
Escucho un tren a lo lejos,
aparte del crujir de los muelles del colchón,
es lo único que ha roto el silencio.
Algunos LEDs de los aparatos electrónicos
iluminan algo la estancia,
bajo por tabaco y oigo a mi padre roncar,
me da envidia,
y tú posiblemente hayas hecho el amor hoy,
y yo me pregunto una vez más
por qué habré cogido el móvil para escribir esto.