Caminar de mi mano fue tu pecado,
correr los campos conmigo consideras
tu fracaso, amor toda esas praderas
son nuestra, ¿que no has considerado?
Tú a mi lado, realmente he gozado,
te he imaginado de mil manera,
sin pensar que sufría en tu caldera,
pero en desprecio nunca he pensado.
Para mí serás siempre alma en vida.
Todas las estrellas quise regalarte
ahora con lucero puedo recordarte.
Ansioso estoy de lo que decidas,
veo el cielo que me aleja de ti.
Este infierno siempre lo presentí.
Autor: Alcibíades Noceda Medina