En la noche solitaria, el abanico suspira,
Mis pensamientos vagan, en la oscuridad conspiran.
Silencio y susurros, una danza sin cesar,
En esta noche eterna, buscando un lugar.
El abanico, un eco en la penumbra,
Mis pensamientos, una fiera en la lumbre.
Silencio y recuerdos, tejidos en el aire,
En esta noche perdida, sin tregua, sin desaire.
AsÃ, entre el abanico y los gritos del alma,
Mi noche solitaria, en busca de la calma.
En este rincón sombrÃo, donde el tiempo se estremece,
Mis pensamientos encuentran voz, en esta noche que no envejece.