EL DIA DE LOS MUERTOS.

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En este áspero escenario donde divagamos.

Chocando fugaces ante la presencia del segundo.

Entre las barreras del silencio entrelazados.

Donde se repiten los gritos en el claustro.

Adormecido entre espejismos que fatigan.

Donde se reposa el cuerpo tambaleante ante el sepulcro.

Caminando entre los caudales del naufragio.

Donde se desprende entre soplo un precipicio.

Aturdidos en gutural sonido del ocaso.

Despojando bruscamente el perfil de la existencia.

Entre la desolación omnipotente de las ansias.

Esperando que repiquen las campanas

Donde ya no existe la alborada.

Ya se estrellaron las vanidades entre llamas

Se consumieron las pupilas entre la oscuridad.

Lo natural se ha fugado. Ya no existen las fronteras.

Los contornos caminantes ya se evaporaron.

Donde ya no danza ni gira el carrusel.

Se acabó la paridad hoy ya somos disidencia.

La adversidad ya capturo aquel destino.

Ya se cansaron los atajos sin partida.

Intentando descifrar la telaraña del cautivo.

Donde la pausa ha impactado la sustancia.

Ya perdió el atalaya su voluptuosa acuarela.

En un cuerpo desterrado entre nubes y humaredas.

Encerrado entre los cataclismos de silencio.

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