Cuándo no pienso en ti,
pienso en ti,
cuándo no tengo ganas ni de pensar,
me surges en el pensamiento.
Lejanía distante,
a la vez que cercana,
como una sombra perseguida,
con tu mirar de alas.
Cuando no pienso en ti,
ó cuándo pienso que sueñas desnuda,
tú no lo sabes cielo,
pero yo sueño tu desnudez dormida.
Volveré a sentir amor cuándo me mires,
aunque estés pensativa,
callada.
Con esos ojos que al mirarme,
son sueño de mi vida.
Volveré a pensar en ti,
aunque no piense,
como aquella luz,
llama de un corazón ardiendo,
que siempre volverá a tu amor,
para quemarse en su pasión latiendo.