Consivo a Dios,
como la fuerza del amor,
como el amor mismo.
No creo en ese Dios
fabricado de yeso,
de mármol, o de cualquier
material; consevido y fabricado
por el hombre mismo,
para satisfacer sus caprichos
y embaucar ingenuos.
No soy cristiano idóólatra
Soy un cristiano genuino.
Amo a mi projimo, como amà mismo
y dejo que Dios habite dentro de mÃ.
Respeto toda religióón o creencia
pero no caigo en el engaño.
Cristo no creóo religiones,
solo nos enseñóñó a convivir.
"amaos los unos a los otros
como yo los he amado".
El amor lo es todo, y por el amor
seremos juzgados