No estuviste.

Descubrir el rostro,
de los meses preocupados,
más por orgullo,
que por dignidad.
El ritual de la tarde y el fuego,
saber que no estuviste,
donde soñamos,
puertas blancas y jardín azul.
Y los vestidos,
no eran sabios cómplices,
todo era un ir y venir,
dentro de libros distraídos.
Y los autobúses con párparos negros,
estoy obligada a vivir,
en las raíces,
para rescatar mis sueños.
10/7/06
Copyright 2006
autora sagitaria del mar
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