Ayer te vì, viajabas en un coche fino, al lado tuyo seguramente tù marido; ya ves como cambia la historia, distintos personajes hoy son los que mueven la noria. Adiòs, adiòs que te vaya bien, esas fueron las ùltimas palabras que pronunciè; despuès, despuès surgieron dos làgrimas que se confundieron entre la almohada y mi piel. Creì que eras un cajòn lleno de recuerdos, aquel lùgubre lugar donde depositè un dìa mis sueños, el sitio donde el mar era mucho màs quieto, sin olas, ni tempestad que gritara el viento. Pensè eras parte de esa historia que muy de vez en cuando volverìa a la memoria, tal vez una fràgil fragancia de domingo; hasta que ayer me di cuenta lo que me duele no estes conmigo. Y el sentimiento pudo màs que el silencio, ayer me enseñò lo mucho que te sigo queriendo. Autor : Martin Lunary