Yo te regale mi tiempo y mi universo
inventando colores, componiendo melodías,
pero le diste segundos y un lugar disperso
al nido donde nacían los sueños de mis días.
Sin esfuerzo ni pasión y menos prisa
otro despertó el origen de tu ensueño,
y prodigaste tu alegría y tu sonrisa
mientras yo soñaba en ser tu dueño.
El señor del Poder, las galas y las formas
te llevó en sus brazos a un cofre sin salida
como un trofeo mas, amoldado a sus normas
Tras un vidrio oscuro, pasa ahora tu vida
donde no hay color, música, tampoco melodías
mientras muero lento al ver, tu alegría perdida.