Una nube fugaz, una quimera,
una simple ficción, un sueño vano,
un dolor que despierta muy temprano
y una fe quebradiza y pasajera.
Vino así, de repente, sin que fuera
lo que hubiera querido por lejano
y a pesar de su porte soberano
no lo hubiera atrapado si pudiera.
Resguardado sepulcro, monasterio,
cascarón donde el alma luce presa
y se pierde su sed en el misterio,
un misterio de luz hecho pavesa
como el humo volátil del sahumerio
donde nada del mundo ya interesa.
Era polvo y escarcha, fuego y nieve
bajo un traje de fieras dentelladas.
Eran vetas de infamia derramadas
como gotas de lluvia cuando llueve.
Era un beso de amor; pero tan leve
que sus huellas quedaban apagadas
como lágrimas grises, derrotadas
bajo el mágico hechizo que las mueve.
Así fueron aquellas sinfonías
cuyas notas sabían a tristeza
y entre hielos de escasas armonías
eran más sentimiento que cabeza,
luto, sombra, penumbra en romerías
con espasmos de luz y de grandeza.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
El Fantasma de un amor siempre queda rondando nuestras vidas. Hermoso poema con metáforas impecables. Su diez de mi parte. Un abrazo, Ivette Rosario. :risa_color: