Me aman las flores brindando su aroma,
el sol me acaricia con su claridad.
Tengo alas abiertas como una paloma
y palpo del viento toda su bondad.
Me ama una estrella, que cuando se asoma,
le irradia dulzura a mi soledad,
y se que me ama aquel que se toma,
el arduo trabajo de tener maldad.
Me aman aquellos que más me aborrecen,
porque en su demencia, mis flores florecen
y quedan hundidos en su falsedad.
El odio es cariño, y en sus odios crecen,
mis sueños divinos cuando reverdecen,
amores que quieren mi felicidad.