EL HOMBRE EN GENERAL

Parece que zumbaran hoy mis versos
muy cerquita de su cara.
Y por ello mi perrillo el "Gorilito"
en su colchoncillo le diera
media vuelta a la almohada.
Y con un gutural sonido
parecido a una profunda queja,
me hizo ver que no dormía
aunque así lo pareciera.
Pues que en su alma una colleja
le había sacudido los adentros.
Y con lágrimas secas él lloraba
mostrando que también
él tiene muy tiernos sentimientos.
Que los perros por dentro también lloran
Que los perros sienten pena
Que los perros también sienten la alegría.
Que los perros sufren tristezas.
Pero todo ello se lo tragan
pues no quieren
al hombre tan perfecto parecerse.
Al hombre en general que día a día
se hace solitario en la gran urbe
y que hasta el cantar del pajarillo le molesta.
Le molesta el árbol centenario
y sin ninguna compasión lo envenena.
Le molesta el que los niños estén jugando
y alboroten en las plazas o alamedas.
Le molesta que el vecino del tercero
en su terraza tenga las macetas.
Y hasta le molesta
que su padre ya muy anciano,
en su casa de siempre morir quiera.
Y así le coloca en esos antros
que los llaman de ancianos Residencias.
En donde el aire espesado por la muerte
con tentáculos de tristezas y de penas
se le agarra al pobre viejo en las entrañas
y muy prontito respirar ya no le deja.
Por ello mi perrillo que es muy sabio
parecerse al hombre no quisiera.
Que quiere vivir con sus instintos
naturales. Y con ellos, morir en su gandeza.