Cuando sueño contigo

Anoche soñé contigo
Anoche soñé contigo,
con los frutos de Amor
que cultivo en tu huerto.
Caminos de ilusión,
parcelas entrañables
de ternura y afectos.
Cosechas de pasión,
vendimia de proyectos.
Y ha pasado en mi sueño,
que quise ser "tu amigo"
-como gustas llamarme-
pero no tuve tiempo.
Más que amigo, fui amante,
y más que amante., fui dueño.
De tu cuerpo y tu sonrisa,
de tu Alma y tus sentimientos,
de tu sarao, de tu finca,
tu despensa y tu granero,
de tu casa, de tu cama,
y de tu cortijo entero.
¡ Que pena que esta ilusión,
solo me durara un sueño !
Hoy quisiera prolongar
de mi sueño el placer,
dividir, diseccionar,
meterme despierto en él.
Con él, sentir y gozar,
reír, sufrir, disfrutar,
beber a sorbos su hiel.
. pero más que nada, ¡ Amar !
Abandonar mi mente
a tu recuerdo.
Abrir caminos verdes de ilusión
al pensamiento,
viajar los valles sin frontera
de un infinito incierto.
Pues sólo en semejante dimensión
corresponde vivir al sentimiento.
Imaginar tus pasos por la playa
dejando al caminar
la marca breve de tu pie,
y contemplar que el viento,
-en singular batalla-
roba tu huella
llevándola con él.
Sentir deambular mis dedos
con sabios pasos
recorriendo tu cuerpo
con pausado caminar de peregrino.
Y despertar,
en apagados gemidos de pasión,
rincones perdidos
entre las breves dunas
de un nacarado desierto.
Pasear con mis labios
por tus labios.
Tapar tus besos
con mis besos.
Perder la mirada
en el abismo de tus bellos ojos,
-que debiendo ser verdes-
se tiñeron de negro.
Inundar mis sentidos
de tu ser.
Aspirar sin pudor,
el aroma de maderas e inciensos,
de sándalo y laurel,
de caoba y de roble,
¡ De mujer !
Rozar en cercana lejanía
con mis fibras más sensibles
las más sensibles fibras
de tu piel.
Abrasarme en el fuego verde de tus verdes ojos.
que nunca fueron verdes.
y lo debieron ser.
Escuchar jadeos de pasión
huyendo de tu pecho. Sentir el tenue palpitar
de tu vientre, templo de amor,
-incruento altar
de sacrificios paganos-
en cuyo Ara
entrego incansable
el tributo de mi hombría.
Y pensar que nevaba
-más tan sólo en mi sueño-
en las más altas cumbres
de tu monte de Venus.
. de tu monte sin dueño.
Disfrutar del calor
de tu pozo de fuego,
que, en rito abrasador,
convertía mi cuerpo
en rescoldos de Amor.
Así lo he soñado anoche.
Como lo soñé, lo cuento.
Más que una historia feliz,
quiero que suene a lamento,
que cuento y sueños
son falsos,
y este es mi mayor tormento.
Porque tu Alma está conmigo.
. pero tu cuerpo, muy lejos.