Los celos me devoran cada entraña,
pues ya que estás ausente de mis ojos,
no puedo asegurar, que tus sonrojos,
sucumban a otro encanto, -cruel patraña-.
Envuelto en el desquicio y en su saña,
soy presa de la envidia y los abrojos,
temiendo que tus lindos labios rojos,
se olviden de este amante que te extraña.
No puedo deshilar la telaraña,
producto de los celos y despojos,
que atrapan a mi ser en su maraña.
Y muero al no saber si tus hinojos,
sucumben ante el pie de una alimaña,
brillando, como amor ante tus ojos. (1998)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!