Porque estás enfermo.

Estás enfermo y me buscas, ya no me besas porque se te acabaron las fuerzas. Estás enfermo quieres mi perdón no soy santa ni tengo el poder de perdonar a quién cien veces me fue infiel. Estás enfermo estiras tus manos para acariciar un cuerpo qué dejaste destrozado. Estás enfermo tu mirada ya casi sin brillo tus labios secos cómo el de un vagabundo ya no eres ese hombre qué fue todo mi mundo. Estás enfermo tu rostro no demuestra nada de deseos ven a mi cama descansa ese cuerpo qué una vez me dio placer y hoy es un pedazo de hielo.