Llora afrodita desconsolada,
el cuento que ha presenciado
la ha alzado en huelga de corazones
la ha gravemente herido.
Un varón deja a su dama
sin más palabras que unas mentiras,
se lamenta la primera noche
y las siguientes formatea
sus sentimientos hacia ella.
De un plumazo ha cambiado
los sueños enteros de una dama;
por una tierra anegada
de aguas saladas calmas.
Ella se siente culpable,
no sabe por qué lo hace,
una noche estaban besándose
y a la siguiente todo se deshace.
Un piso cada uno
y nada en común salvo:
unos muebles, una tele,
una cama viajes y enseres,
dos años sin complicaciones,
los mismos amigos,
la misma profesión, el mismo portero,
las mismas fotos, los mismos sueños,
los mismos gustos, los mismos bienes,
la misma tierra,
nada de esto ha bastado
para el sujeto no nombrado.
Afrodita está disgustada, las familias,
ella, los amigos, incluso los ausentes,
aquellos que por desgracia
ya no están presentes.
Milongas, pamplinas, eufemismos,
envidia, agobio, molestia,
ironía, rechazo, enemigo,
esto es lo que el piensa y siente.
Cobardía, inmadurez, incapacidad,
mentiras, sin vergüenza, carencia,
hipocresía, conveniencia, malicia,
esto es lo recíproco de tu gente.
Llora Afrodita porque esto le supera,
llora por una damisela
porque no encuentra la respuesta
a su única pregunta,
¿Dónde están las explicaciones
que todavía no han venido?,
por qué no quiere creerse
que en dos años juntos
jamás haya sentido, amado
o querido.