Cuando caiste Enferma.

1. Tu Enfermedad.
Caíste mala. Te pusiste Enferma.
Y me puse a cuidarte,
Mañana, tarde y noche.
Y cuidándote vivo, desde entonces.
Y te pude probar cuánto te amaba.
Y te pude probar qué bueno era.
Y me puse a rezar con toda mi Alma
Para que pronto te pusieras buena.
A todos les pedí
Que pidieran por ti.
Y todos por ti piden, Antonieta.
Dios es Amor y les tendrá que oír.
Cuando bendigo a Dios
Tu Enfermedad bendigo,
Pues nos ha hecho benditos a los dos.
Bendita Tú. También bendito Yo,
Pues los dos aceptamos, por igual,
La Voluntad de Dios.
Cuántas veces, Mi Amor, nos hemos dicho,
Buscándole Consuelo a nuestra Angustia:
No hay mayor Bendición
Que unirnos uno al otro más que nunca
Para al Dolor vencer con nuestro Amor.
Con este inmenso Amor, que en el Dolor,
Crece, se magnifica y se depura
De toda sucia o mala tentación,
Hasta hacerse tan santo,
Hasta hacerse tan puro,
Como lo quiere Dios.
Como lo quieres Tú.
Como lo quiero Yo.
2. Tu Muerte presentida.
Ya desde que nacemos
Muriéndonos estamos.
Ya te veo, Amor Mío, ya te veo,
Ascendiendo a Los Cielos.
Ya de Su Mano Dios te está llevando.
Ya todo tiene en ti sabor a Eterno.
La Vida es el Camino
Que desde que nacemos
A Dios nos va llevando, paso a paso.
De El estamos más cerca
Cada paso que damos
Hasta llegar a El, que es nuestra Meta.
¡Qué pronto para ti va a ser temprano!
¡Qué tarde para mí, si aquí me quedo,
De tu dulce presencia abandonado!
Serenamente, ya te me vas yendo
Y una clara sonrisa ilumina tu Cara.
Ya estoy viendo que a Dios ya le estás viendo.
Ya en Gozo tu Dolor se trasfigura.
Ya en Gozo mi Dolor se está volviendo.
Qué pronto huyó de ti la Noche Oscura.
Qué pronto vino el Alba
Para ya no irse nunca
Y quedarse contigo,
Mirándose en tu cara
Hasta el fin de los siglos.
Adiós, Amada Mía.
Adiós. ¡Hasta Mañana!.
Te seguiré para seguirte amando.
Para fundir en una nuestras Almas,
Tras de por este mundo haber pasado,
Y conservar intacta la Esperanza.