Más fría que de costumbre,
esta la noche afuera
no teniendo más que el aliento
nos tuvimos que abrazar.
No es la primera vez que sucede
ni la última que nos toquemos,
pero hoy el aire es de amor
y tu cuerpo ya no me es ajeno.
Pruebo el néctar de tus besos
me deleito con tu piel,
ahogándome en tus caricias
perdiéndome cada ves más en tu ser.
Huelo el aroma de tu cuerpo
y me embriago con su esencia,
pero al querer arrancar tu ropa
tus ojos me dicen: espera, paciencia.
Pero no soy yo el que comienza
eres tú la que me abre,
y buscas en mi pecho
un corazón para extasiarte.
Tus manos me recorren
con un singular tropiezo,
y tus besos me encienden
me dicen que no solo quieren sexo.
Ahora soy yo el que te toca
tratando de limpiar tu cuerpo
dejándote sin prenda
para comenzar el amor.
Estoy entrando en ti
apenas tocando tu piel,
llegando hasta lo mas puro,
lo que tanto tiempo anhele.
Arranco los gritos de amor
al besar el deseo mismo,
hoy cumplo la ilusión
de hacer el amor contigo.
En una explosión dentro de ti
dos almas tocan a Dios,
y los únicos testigos del milagro
son solo tu amor y mi amor.
Pero sigues sin descanso
saboreando el deseo en la piel
amándome con tus dulces labios,
extasiándote de mi miel.
Hemos muerto en este instante
y volvimos a nacer,
logre lo que desde hace mucho quería
y eso era el llenarme de tu ser.