El niño cortó la flor

Un niño, que iba de paso, cortó una flor,

Durante el día con su candor,

Y una gran señora que velaba,

Frente al cálido jardín desesperaba.

Insulso grito pegó al chiquillo,

Por robar una flor del bordillo,

Ella percatada de su atención,

Le rogaba no robar su veneración.

Agüita yo le echo –le decía,

Abono a toda la que florecía,

Para que mi jardín poblase de colores,

Y la cuadra sucumbiese de olores.

¿Porqué viene usted pequeñín,

Con sus dedos a hacer festín,

Y llevarse mis flores amadas,

Que son preciosas y perfumadas?

No vuelvas a caer en la tentación…

La gran señora parloteaba,

Que de ellas, mis flores yo vivo,

Son mi sustento diario y mi motivo.

Si usted pidiera una –decía la señora,

Yo con gusto una le regalara,

Con amor verdadero la cortara,

Para su bien, qué más deseara.

El pequeño y pobre muchacho,

Afligió profundo a lo hecho,

Y pidió disculpas por sus penas,

Por haber robado una de sus coronas.

Autor: Necho Vargas