El Niño Enfermo.

Mi Fe se rebela. Mi Fe se derrumba
Ante el Niño Enfermo, tendido en su Cuna
Y su Madre en vela, llorando.esperando
A que su Hijo Amado del todo se muera.
Ya en ella no alienta Esperanza alguna.
Ya solo hay Angustia. Ya sólo hay espera,
A que lo que tenga que ocurrir, ocurra,
Si con un Milagro Dios no lo remedia.
Cerrados sus ojos. Tendido en su Cuna
Está el Niño Enfermo. La fiebre le abrasa.
No pide juguetes. Sólo pide Agua.
Sentada a su vera, su Madre, angustiada,
No le cuenta cuentos. No le canta nanas.
Sólo reza y llora. Sólo llora y reza
Mientras sus mejillas se inundan de lágrimas.
Sus manitas coge. Las colma de besos.
Y mientras las besa pasa lento el tiempo.,
La Esperanza huye. La Muerte ya llega.
¡Qué pronto, qué pronto se irá el Niño Enfermo!.
En la triste Alcoba el Niño se muere
Se está ya muriendo.
Chorrean tristeza sus cuatro paredes.
El Dolor se espesa. Se adensa el Silencio,
Solamente roto por los mil sollozos
De una pobre Madre, que llora y que llora,
Y a la que ya nadie puede dar consuelo.
Más sola que nunca la Madre se queda.
Ya a Dios no le reza. Sólo le pregunta
Por qué se lo quita. Por qué se lo lleva.
Volviéndome a Dios, que es Fe y que es Misterio,
Que escucha los gritos de una pobre Madre
Y guarda silencio y mudo se queda,
Con voz temblorosa,
Como del que acusa a la vez que ruega,
Así a Dios le increpo y así le interpelo:
¡Dios Mío!, ¡Dios Mío!, ¿qué ha hecho el Pobre Niño;
Su Madre, qué ha hecho para que esta pena,
Que sabe a Castigo, caiga sobre Ellos?.
Dios Mío, Dios Mío, si lo puedes todo,
Por qué no haces nada
Por el Niño Enfermo, muriendo en su Cama,
Cuando aún no sabe que a irnos vinimos,
Pues la Muerte es parte de la propia Vida,
Y por eso mismo le pertenecemos,
Y nos pertenece, desde que nacimos.
Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué te lo llevas
Truncando promesas, sembrando tristezas,
Dejando a una Madre que ya sólo llora,
Que ya no te reza, que ya no te implora,
Que, hundida en su pena, ya todo lo acepta,
Ya no se rebela, y sólo quisiera
Que en vez de a su Hijo le llevaras a Ella?.
Dios Mío, Dios Mío, déjame que crea
Que, como era un Ángel,
Por llevarle al Cielo madrugó la Muerte.
Ya para El no había sitio en esta Tierra.
Si en El Cielo, un Angel, tiene ya su Madre,
¿Qué será más grande: su Gozo o su Pena?.
Y ante esta pregunta, que a tantos les turba,
“Su Gozo, su Gozo”, respondo por Ella,
Sin ninguna duda.