El Niño y la Luna

Luna lunera cascabelera,
pilla la escalera baja hasta la escuela
y dinos si allí arriba hay guerras,
Luna lunera cascabelera...
Siento decirte la desagradable sorpresa
que es esta tierra en casi todos sitios,
pero no temas que en mi escuela 
todavía somos chiquitos
y pasarás, si bajas, un rato muy lindo,
y te podrás estar todo el tiempo que quieras,
si te comes tus garbanzos y mis lentejas,
Luna lunera cascabelera,
aunque mejor es que vuelvas
de donde viniste antes de que crezca;
ahora soy pequeño príncipe y respeto tu corteza,
me ayudes o no a comer los garbanzos o las lentejas,
pero mañana seré mayor
y me convertiré en mercader de tu riqueza,
me ayudes o no a comer los garbanzos o las lentejas,
que tienen mucho yerro y alguna piedra
y yendo y viniendo de tan lejos te interesan,
Luna lunera cascabelera
siento decirte esto de veras,
¿Me ajuntas?
Pero no te preocupes,
que si no te dan paga para el viaje de vuelta,
puedes intentarlo en otras escuelas con otros colegas,
que en el recreo te enseñarán a jugar a la taba,
a los bolindres y al escondite.
Como en todos sitios cuecen habas,
que tampoco me gustan,
es importante que aprendas de dispistes,
Luna lunera cascabelera.
Con ellos tendrás el mismo problema,
Crecerán un día y apuntarán: ¡Fuego!
sin melindres a tu belleza
y tendrás que ocultarte de nuevo, de nuevo y de nuevo...
¿Qué hay de nuevo viejo?... ¿de nuevo, de nuevo y de nuevo?
hasta que te amargues con las escuelas
y los príncipes pequeños.
Y ya solo tendrás dos opciones:
Subir tristemente la escalera
o irte al monte junto con los oseznos
a los que enseñarás lo que aprendiste en la tierra:
Pelear y esconderte todo el tiempo,
para que así conserven la más preciada reliquia
que aún les queda y que les enorgullece:
¡La Libertad! ¡Por supuesto!
Luna lunera cascabelera
siento decirte esto de veras.
¿Me ajuntas?