Yo te regale mi tiempo y mi universo
inventando colores, componiendo melodías,
pero le diste segundos y un lugar disperso
al nido donde nacían los sueños de mis días.
Sin esfuerzo ni pasión y menos prisa
otro despertó el origen de tu ensueño,
y prodigaste tu alegría y tu sonrisa
mientras yo soñaba en ser tu dueño.
El señor del Poder, las galas y las formas
te llevó en sus brazos a un cofre sin salida
como un trofeo mas, amoldado a sus normas
Tras un vidrio oscuro, pasa ahora tu vida
donde no hay color, música, tampoco melodías
mientras muero lento al ver, tu alegría perdida.
Es hermoso su Soneto. El otro nunca le quiso como usted lo hizo. Muchas veces no valoramos el verdadero amor y de pronto nos vemos que se nos va el agua entre los dedos, quedando solos y recordando aquel amor seguro e infinito. Con afecto su diez desde mi corazón. Ivette Rosario.