No hay Mañana, Alma mía.
Hay un Ayer que vuelve
Para volverse Hoy
Y en Hoy quedarse cada vez que vuelve.
Y así Ayer.y así Siempre.
No hay Mañana, Alma mía.
Hay un Ayer que vuelve
Y que, al volverse Hoy,
Con él muere el Ayer
Y ya antes de nacer, mata al Mañana.
No hay Mañana, Alma mía.
Se vive en el Presente.
Siempre es Hoy para el que habla.
El Hoy en el que estoy
Es un Hoy que no pasa,
Pues Siempre es Todavía
Y nunca acaba de llegar Mañana.
Siempre es Hoy, pues Mañana
Será ya Otro Día,
Y en él aún no vivimos todavía.
Vivimos día a día cada día,
Y jamás en la vida, un solo día
Nos podremos saltar.
Con él vamos. Nos lleva.
Cada día se erige en nuestra Guía.
Te acompaña y le tienes
Por toda Compañía.
No hay Mañana, Alma mía.
Hay un Ayer que vuelve.
Hay un día que sigue a otro día
Y es la monotonía
La que por todas partes nos envuelve,
Y en un ambiente de melancolía
Nuestra Alma flota y se nos disuelve.
El Hoy es el Mañana del Ayer
Y el Ayer del Mañana.
Un Ayer y un Mañana
Que confluyen en él y en él se hacen
Un Presente sin fin. Un Todavía,
Que acabará cuando la vida acabe.
Cuando muramos
No habrá Ayer ni Mañana,
Porque ya no habrá Tiempo,
Y un Eterno Presente
Como Dios nos haremos.
Ya siempre será Hoy,
Porque ya todo estará presente
Cuando nos presentemos ante Dios,
Al que pedimos en el Padre Nuestro
Que el Pan de Cada Día nos dé Hoy.