Mi calle

Muda pero fiel oyente
templo de secretos
desierta en las noches
y siempre acompañada
a la luz de los días.
Diosa de sabidúria
creada por el hombre
llena de vida
sin ella vivir
nunca premiada
blancas todas tus paredes
entre multitud de tejados
uno azulado
entre tantos suelos
uno grisaseo que marca tu principio y final.
Destinada a ser imnerte
a ser fuerte y debil
a ser olvidada por aquellos que de tí marchan
encerrada en tu ser.
Pero que bonita
¡que de hermosura hay en tí!
¡que de momentos pasados!
Cuantas veces me diste la lección
haciendome caer por tu suelo pisoteado
cuantos años me has visto crecer
me has oido y has callado mis pecados
mi calle, mi grandiosa calle
donde por sus alrededores me ocultaba
jugando a las escondidas
donde corría hasta caer agotada
donde tantas veces reí con entusiasmo
y alegre estrenaba mis regalos de reyes magos.
Observando como poco a poco
iva creciendo
y sustituyendo los juguetes por chicos
tú mi calle, mi hogar libre.
Algún día me veras ir
hecha una mujer
dejandote los recuerdos de la niñes
dejandote mis marcas
y cuando nadie me recuerde
cuando ya no exista
seras la única que no me olvidará
la que gritará en silencio
que allí una vez una niña
creció en tí.