El poema del viento

Sereno viento tímido que meces de los árboles
las copas indecisas que crujen indolentes.
El ámbito del bosque se torna en abanico
en una débil hoja temblorosa que cae.
Brillante omnipresencia de la vida que estalla
en mil malabarismos de múltiples disfraces.
Yo sé que tú descansas también y no sé dónde
te vas, desapareces y de pronto regresas.
Préstame de tus alas el inconstante vuelo
o llévame contigo para exaltar las olas
o levantar el polvo del árido desierto,
porque en la urdimbre de estos tus vuelos invisibles
de exhalados rumores y murmullos tremendos,
descubriremos juntos el lugar donde naces.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC