EL POEMA QUE GIRA

He visto cuando yo entraba

girar por una esquina

sin nombre  a un poema

y alejarse para no

cruzarse conmigo.

Le abría dicho algo

¿Pero qué?

quizás solo fueran

prisas por no llevar

rima alguna encima.

Ellos son así

como niños pequeños

que todo lo preguntan

y todo lo quieren saber

a pesar de los pesares.

Tras él, sin tomarse

las palabras que les restan

han salido tras sus pasos

endecasílabos españoles

con pareados en caderas

que se cimbreaban jubilosas

prestas a la rima.

Otros, como si nada

hubiera pasado o trascendido

han preferido decir era prosa

huidiza malintencionada

que escapaba para no

ser reconocida.

No se... La poesía tiene

esas cosas. Se escurre

como lamia disfrazada

de seductora mujer.