Pozo abandonado
de mi pueblo añorado,
sacábante antaño el agua;
hoy te han olvidado.
Amapolas de oro han crecido
al pie de tu rocosa pared,
al igual que yo he crecido
apagando en tu maná mi sed.
Tu límpida agua,
de mi alma era el espejo;
quería verte la cara
y sólo veía mi reflejo.
Dime,oh, pozo viejo,
¿qué advenimiento
secó lo que tan receloso
llevabas dentro?
Las cuerdas de tu polea rota
ya están desgarradas,
las piedras que te sustentan
las ví quebradas.
¡Y pensar que los que bebieron de tí
son hoy carne sepultada!
Pozo abandonado
de mi pueblo añorado,
sacábante antaño el agua;
hoy te han olvidado.