La arena del reloj del tiempo te entierra
también esta contigo los malos momentos
Digamos que aun estás pisando la tierra,
sin tiempo de arrojar historias a los vientos.
El azar en su cárcel del tiempo te encierra.
No cuentes quién eres con los disfraces,
de tanto andar tienes los pies descalzos
sin seda azafrán siguen los compases.
La prisión es más segura que los cadalsos,
más que un sepulcro de granitos con clases.
Al borde de acantilado, los vértigos ha vividos.
Ahora a limpiar bajo la lluvia las lesiones,
cada gota golpea sobre maltrates doloridos.
Con el riego la lluvia ahuyenta infecciones,
las grietas taponadas sangran descoloridos.
No es momento para cuentes tu historia,
tampoco no muestres otra vez tu herida,
Si la tienes, en la epidermis será memoria.
Ya olvides las batallas ganadas en la vida,
en tu piel nadie hallará rastro de gloria.
Autor: Alcibíades Noceda Medina