El primer y el último beso

Vuelvo a sonreír esta tarde
ante lo satírica de la vida,
me reencuentro inesperadamente
con mi primer beso,
ese que una noche a los quince años…
me robaron y hoy
burlescamente recuerdo.
Hoy miro a ese sujeto,
y el desastre que se ha vuelto,
ese, que en aquella humilde iglesia
inocentemente me retó,
ese que por tanto tiempo me recordaba
el resultado del desprecio
ese que aquella noche entre sarcasmos
y petulancias exclamó:
!!En cualquier momentico te beso!!”
y yo con mi singular burla salí al ruedo respondiendo:
“En tus recurrentes sueños…
Esos que debes repetirle a papá Dios en ruegos ”
Y al muy infame ni le importó.
Arriesgado antes de terminar la frase,
se acercó bruscamente y sencillamente me besó.
¿Quién le diría a él que yo planifiqué eso?
Si era otro el soñar en mis desvelos…
¿Quién le diría a él que me gustaban las ráfagas del viento?
Si solo esperé entregar a uno solo mis sueños.
Recuerdo, me contaron mis amigas, que enrojecí.
Tal vez de pena,
o de furia , al momento ni lo reconocí.
Salí corriendo, obviando palabra enmudecí,
olvidando que ese idiota existía,
por muchos años
mientras en cada servicio dominical le vi.
Sepulté posibles besos por muchos años,
Hasta que a los diecinueve los reviví,
Pero cada vez que los recuerdo pienso:
“No eran esos, los que en mis sueños sentí”
Estos eran más pasionales y carnales,
parecían impetuosos vendavales,
inesperados torrenciales,
que sacudían y humedecían
aunque a mi duda siempre repetían:
¿Esto era todo aquello,
que parecía envidiable?
Aquellos besos, solo buscaban
saltar rápidamente al siguiente escalón.
Se deslizaban por el cuerpo
hacia zonas erógenas
sin provocar algo más que la desbocada pasión.
Nunca se ensancharon realmente,
al lado oculto del corazón,
solo drenaban hormonas juveniles
sin mucho juicio y razón.
Me acostumbré por casi diez años
a esos besos sin sabor
hasta que hace poco me harté.
Total…No eran solo para mi,
ya no tenían ni emoción,
ya no existía ni la calentura de esa pasión,
mucho menos hacían alarde de algún fervor.
¡¡Bahh¡¡.Que se desgaste en otros labios
tanta calentura infiel,
yo mejor medito y recuerdo
aquellos, que alguna vez soñé.
¡¡Ahh!! ¿El último? El último fue dado este año,
en una vulgar madrugada entre Febrero Y Marzo
desmenbrando mi lado taciturno
aquel singular sueño nocturno,
y que algunos idiotas analizadores llamarían
sueño mojado profundo.
¡¡Que me importa lo que digan fué!!
Me importa comprender lo que para mí fué la prueba fiel
Solo sé que en ese segundo pensé
llevando mis versos al papel:
“Ahora sí que me fregué”
¿Y ahora que hago, si nunca le besaré?
Estos si son los besos,
Aquellos que alguna vez soñé.