Ayer fuerte e imponente
me parecía tu presencia,
me sentía protegida y a
la vez intimidada por ella.
No había nada que tu no
pudieras, nada que me
agobiara por más díficil
que fuera.
Y todo porque sabía que tú
lo solucionabas, que siempre
estarías cuando te necesitara,
ante mis ojos eras invensible
como el heróe que nunca falla.
Y que lejos estuvé de pensar
que todo esto sería efímero,
que algún día tú necesitarías
contar conmigo.
Para ayudarte en cosas tan
simples y cotidianas, es hoy
que al mirar tus canas, se me
nubla inevitablemente la mirada.
Hoy que aquel hombre que veía
tan grande y fuerte en mi infancia,
luce ahora su figura frágil y
cansada.
Pero más aún se nublan mis ojos
cuando me doy cuenta de lo
mucho que me has dado y de lo
poco que a veces te ofrezco, a
tí que significas todo, a tí
que quisiera fueras eterno.
Lo que si será eterno por tí
es mi amor y mi respeto, porque
siempre serás para mí el padre
justo y bueno.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
mrc.06-12-09