Ya nada me consuela,
sin saber ni como ni cuando,
y quizás espero desesperando,
que nada ni nadie apague mi vela.
Y si vivo sigo soñando,
y soñando mueren mis penas,
en las madrugadas por las aceras,
mi corazón sigue llorando.
Malditos sean los amantes,
penuria de dioses amando,
que en sus almas siguen olvidando,
al amor de una luna menguante.
Ya no quedan pecados veniales,
ni un infierno de amor con cadenas,
en el cielo cumpliré mi condena,
y tú amor sangrará por mis venas,
atravesadas por sendos puñales.
SOÑANDO MUEREN MIS PENAS
J.M.P.Poeta
18-11-06