UNA SILENCIOSA ESPERA

La niebla se enredaba por los muros del aire.
El viento, a tropiezos, seguía la melodía de un tango.
mientras los tonos de un ronco bandoneón
desgarraba lo que aún quedaba del silencio.
Era una tarde como otras
en una de tantas esquinas de café.
Un lugar que como fondo tenía una vidriera de contrastes.
Allí, en frente mío,
en otro universo similar,
el humo de un cigarrillo apenas encendido
delineaba la silueta y el espíritu de una presencia.
Tenía un modo de mirar cansado,
talvez de tanto escrutar por las raíces del alma.
Se mostraba con un rostro trascordado
en el que solo con muecas se establecía
un dialogo con la realidad.
Sus manos, reflejaban el esfuerzo, la impaciencia, la frivolidad,
la ambición y el cotidiano derroche de insatisfacciones.
Por la ventana la luz del día caía,
bañando a esta hora sus maltratadas formas,
dejando solo como un vestigio de su paso
por alrededor suyo
una sombra horadante de ausencias.
Así vino a mi instante, de sus situación una extraña inquietud
como tormenta abrasadora que depositaba su enérgico torrente
sobre mi pulso en forma de prosa,
que intentaba apenas resucitar su alma entre mis versos
sin sobresaltar sus intimas vaguedades.
Pero en ese yerto
también estaba como un constante pensar que atonta,
un reiterado placer, al parecer bruscamente detenido
y un improvisado equilibrio que apenas permitía entender
la humana emoción y sus reglas.
En esa pausa, parece que despertaron en sus ojos
oníricas imágenes de viejas pasiones.
Instantes transcurridos sin alcanzar la plenitud de las etapas.
Estaban allí también, la resignación, el dejo
y una copa de licor que preanunciaba
una desprolija faceta presta a desplegar,
para no delatar esa queja de su sola pertenencia.
Ante ese escenario, mas escueto,
afuera, una copiosa lluvia cayo en medio de un ritmo lento
en el cuál los ávidos duendes transidos del amor
se prestaban a inquirir de modo insolente los rincones de aquel ser.
En la transitoria búsqueda de esencias
ante aquella inquietud
creo haber develado el fantasma que la circundaba.
Era tan solo una fría sensación, un esbozo.
una simple y silenciosa espera
de otra piel sin emoción.
NOZZ