Mi rosa azul, cuando ya no me encuentre,
quiero un jardín con tus tonalidades,
llenas de esa sensación celeste,
de esa presencia de un adiós inerte,
de aquella ausencia, por demás, perceptible.
Mi rosa azul, me refugiaré en el tenue matizado,
de tus pétalos suaves, tersos, fragantes.
Mi protección será, tus delicadas espinas,
cubriendo cada detalle de mi vida,
como quien se adhiere a tu belleza, idiotizado.
Mi rosa azul, cuando ya no me encuentre,
derramarás, la inspiración de mis poesías,
silbando con tus pétalos, el silencio de mis días,
adornando cada instante, con tu esencia.
Mi rosa azul, te llevaré en el amanecer,
con el rocío en tu pétalo, me embriagaré,
saciarás mi amor, mis noches de placer,
abrigando la esperanza en cada atardecer.