INFINITA TÚ

De pronto se siente que en tu mismo final, rendida, te empiezas otra vez y que el don de esa hermosura tuya te abre otra hermosura nueva: parece la primera; porque tú entrega es una reconquista de ti vuelta hacia adentro: aumento; por eso, pedirte que me quieras es pedir para ti, es decir, que vivas, que vayas más lejos todavía, por los límites de tu ser, en los bordes mismos de ti, dentro de mí. para mí. Y es que la vida que te imploro, la única, te la alumbro al pedírtela, no se acabará, por mucho que te la pida mientras que la mía se irá acabando, terminará entre las luces de la tuya, iluminada entre tus dones, abrazada a tus ideas: aferradas e inagotables.