Algo de nosotros

Tiempo infinito ha precedido

a los días de nuestra vida

del que sólo tenemos conciencia

como instante fugaz

en el que no habitaba el sentido,

ni el corazón pulsaba latido.

Ese vasto espacio de nada

en el que no vivimos,

anterior a que surgiera la luz,

anterior al amanecer

con el que surge el día.

Esos siglos infinitos de nada

en los que la voluntad no existía.

Y en fría soledad la potencia aguardaba

que se convirtiera en acto la ensoñación cautiva.

Abriéndose paso en la vastedad del tiempo

de esa nada surgió la memoria,

surgió el latido echándose a vagar con el viento.

Surgió la conciencia para navegar en el mar de la vida

y así urdir nuestra historia.

Los siglos por venir en el futuro

¿reflejarán algo de nosotros

que aprisionado en el universo haya quedado?

Así como los espejos guardan imágenes distantes

de seres que han vivido,

así como los libros guardan historias del pasado.

También en los ecos quedan vibrando voces,

inmateriales voces que escapan al mundo del olvido.

Y ese río en el cual nunca dos veces nos bañamos ,

metáfora del eterno devenir,

ese río que es la existencia,

¿llegará a su fin al desembocar en el mar?

¿O a cara o cruz, como en el azar,

el profundo sueño continuará por siempre?

Nadia Estelaniz